Javier Moniño

¿Qué es Dune?

Un acercamiento sin spoilers a la obra de Frank Herbert

En el momento de escribir estas líneas todavía no se ha estrenado la nueva película de Dune (2021, Villeneuve) y como percibo en el ambiente cierto desconocimiento sobre el origen de esta obra he pensado que sería buena idea dejar algunos datos y reflexiones sobre este mundo que sirvan de apoyo a aquellos que se van a meter en la sala de cine y que no tienen ni idea de qué va este asunto. Por ello, este post está limpio de ‘spoilers’; y sólo habrá información de contexto que ayude a la comprensión de la película.

En primer lugar, y para no engañar a nadie, no soy ni mucho menos un experto en esta temática. He llegado tarde a la novela original, pues me la leí el año pasado y tan sólo he leído una de las continuaciones: ‘El Mesías de Dune’. Cuando llevaba leídas las primeras cincuenta páginas de la primera y afamada entrega llegué a la conclusión de que era increíble que ese libro no hubiera llegado antes a mí. Soy de los que piensa que a veces las cosas suceden por algún motivo y posiblemente sea así. En mi época universitaria (entre 1998 – 2002) era el momento perfecto para el descubrimiento de una obra de este tipo. Recuerdo muchas situaciones con mi cuadrilla universitaria hablando sobre libros, leyendas, personajes, autores… Extrañamente no recuerdo que nadie me recomendara leer Dune. Aquellos años llegaron a mi vida autores de todo tipo que ya se han quedado para siempre: Jorge Luis Borges, Gabriel García Márquez, Fernando Lázaro Carreter, Arturo Pérez Reverte, Julio Cortázar, Ken Follet, Stephen Hawking… Y Frank Herbert se quedó en el sueño de los ausentes. Latente. Esperando a que llegara hasta él. 

Cuento esta pequeña historia personal para intentar infundir al lector que llegue hasta estas líneas el interés por acercarse a Dune a través del libro. Cuando llevas unas cuantas páginas te das cuenta de que estás ante algo diferente, algo grande…

El planteamiento de la historia

Dune nos lleva hasta un futuro muy alejado de la Humanidad. En el planeta desértico Arrakis se produce una sustancia única, la melange o especia, con la capacidad para prolongar la vida y ‘expandir’ la mente o nuestras capacidades sensoriales. Sus efectos secundarios son la dependencia de esta sustancia y el brillo azulado que se crea en el blanco de los ojos. En grandes cantidades también puede provocar mutaciones de tipo físico en el consumidor. De ahí que una exposición prolongada a la melange termina por hacer que los ojos del consumidor se vuelvan ‘azul sobre azul’. 

En este ‘universo’ hay un equilibrio de poder entre la Cofradía, una poderosa organización que controla los viajes espaciales, el Imperio, que contiene a las Grandes y Pequeñas Casas (una suerte de nobleza al estilo medieval), y la CHOAM, que sería una especie de organización económica que se encargaría de establecer los precios de los productos y del transporte de personas y mercancías. 

El Imperio encarga a la Casa de los Atreides que se instale en Arrakis para hacerse cargo del planeta en lugar de los Harkonnen, lo que va a provocar evidentes tensiones entre ambas familias. De antemano debemos saber que a cualquier Casa le interesa esa posición ya que garantiza un flujo constante de dinero y el poder que lleva consigo. Así es como nos encontramos la situación en el inicio del libro. 

Sobre Arrakis (también llamado Dune) nos interesa conocer que además de la melange hay factores importantes. Por un lado están los gigantescos gusanos de arena y las descomunales tormentas que hacen que la recogida de la preciada sustancia sea muy complicada y haya que hacerla siempre con un cuidado extremo y con la consciencia de que en cualquier momento hay que salir corriendo para evitar ser devorado o destruido entre vientos de más de 800 km/h. Otro punto en contra es la ausencia total de agua. En Arrakis no hay mares, ni ríos, ni lagos, ni lluvia… Es necesario aprovechar cada gota de agua. Y por último hay que hablar de los Fremen. Son los nativos de este planeta, perseguidos y vilipendiados. Considerados casi salvajes. Se les diferencia especialmente por sus ojos ‘azul sobre azul’ y, en teoría, también por su forma de moverse y de comportarse, aunque en este aspecto podremos ver variaciones en la película. 

Dos aspectos interesantes de contexto son unas organizaciones que se mueven entre la filosofía, la religión y la lógica. Por un lado están las ‘bene gesserit’, una orden formada sólo por mujeres, seleccionadas genéticamente para desarrollar capacidades mentales que les llevan a realizar cosas tan asombrosas como controlar su propio metabolismo o manipular la mente de otros sólo con el uso correcto de la voz. Esta orden, a través de su cuidada selección, tiene como objetivo alcanzar algún día el nacimiento del Kwisatz Haderach que vendría a ser algo así como la personificación de la perfección de todas las artes desarrolladas por esta orden: una especie de humano perfecto con unas capacidades mentales inalcanzables para los demás. 

También hay que tener en cuenta a los ‘mentat’. En estos hay mucho menos de religión y bastante más de lógica. Se comportan casi como ordenadores humanos y su gran especialidad es el análisis de las diferentes situaciones para elegir las mejores estrategias por ello son consejeros muy valiosos para las diferentes casas. 

Por último, en cuanto a contexto sólo quiero puntualizar que, aunque estamos en un futuro muy a largo plazo de la Humanidad hay un aspecto que no veremos en este mundo y ese es la inteligencia artificial. El planteamiento es que en los inicios de la expansión de los seres humanos por el ‘universo profundo’ hubo un momento en el que determinados humanos esclavizaron a sus semejantes con el uso de las máquinas (¿os suena de algo?). Finalmente, cuando la inteligencia artificial llegó a su apogeo, las propias máquinas se hicieron con el control y quisieron dominar a los humanos estallando una guerra en la que finalmente las máquinas fueron derrotadas. 

Esta lección llevó a los seres humanos a no utilizar ni desarrollar nunca más nada que se relacionara con la inteligencia artificial poniendo a la mente humana en el centro de todo desarrollo espiritual pero también tecnológico. De ahí la gran importancia que una sustancia como la melange tiene en este universo por sus propiedades y por el hecho de que sólo puede ser extraída en un planeta.

La profundidad de la novela

Por lo que he visto de los ‘trailers’ que nos han enseñado de Dune el aspecto visual y escénico del mundo que nos presenta Frank Herbert va a estar más que conseguido. Cualquiera que haya leído las novelas y vea estas imágenes seguro que reconoce que hay mucho de lo que bailaba en su imaginación cuando leyó el libro. 

Otro aspecto, acaso bastante más complicado, es el de enseñar la profundidad de una novela en la que es tan importante lo que se dice como lo que se piensa. Los gestos, las miradas y las percepciones son una parte clave y audiovisualmente es muy complicado de mostrar y de explicar. El hecho de que sea tan importante el empleo de la voz, por ejemplo, y de modularla con precisión para dominar a otros, las reflexiones de algunos personajes sobre frases que escuchan o situaciones que se plantean y la relevancia de la mente casi en todas las situaciones hacen del libro algo especial. Plasmarlo en la película no será fácil como ya vimos en el intento fallido de David Lynch en 1984 y no quiero hacer sangre por ese lado porque sé que hay gente que tiene en alta estima esa película, aunque yo no pueda entender sus razonamientos. 

A partir de aquí creo que cualquier persona que no haya leído el libro, pero haya leído este post puede plantarse en el cine con las cosas algo más claras. No he querido meterme en presentar personajes porque creo que no sería conveniente meter más datos en una previa pero si alguien se queda con ganas más y quiere conocer a los personajes principales y los actores que los interpretan además de una versión bastante mejorada de las explicaciones que doy en este artículo, os recomiendo que veáis este vídeo de Maglor (Dani Abades) que en apenas 20 minutos lo explica todo sin ‘spoilers’ y con su estilo tan característico.

Nos vemos en el cine.

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