Javier Moniño

Superman & Lois: sí pero no

Trabajar con Superman, un arma de doble filo


Vaya por delante, como declaración de intenciones, que no me considero ‘ultra’ de ninguna de las franquicias (Marvel o DC) y que la reseña que viene a continuación es el fruto de una reflexión que ha ido cambiando con el visionado de la primera temporada de Superman and Lois (S&L en adelante).

Siempre que sale algo nuevo de Superman las expectativas son máximas. Estamos seguramente ante el superhéroe más conocido del planeta. Sus cómics se han vendido como churros desde que naciera el personaje en 1938, su salto al cine lo convirtió en un fenómeno de masas y no hay generación de niños desde mediados del siglo XX que no se hayan disfrazado con el traje azul y la capa roja o que no hayan pedido a los Reyes Magos un muñeco o un videojuego del ‘alter ego’ de Clark Kent.

Esta relevancia es un auténtico caramelo para cualquier creador que tenga en sus manos la posibilidad de realizar una película, una serie o un cómic de Superman. Un caramelo envenenado. Y aquí es donde está la clave. Trabajar con este personaje te garantiza un éxito de audiencia, pero al mismo tiempo es una responsabilidad inmensa. Tienes el camino recorrido de cientos de personas que han contribuido a engrandecer la figura del hijo más famoso de Krypton pero al mismo tiempo tienes unos estándares mínimos obligatorios para estar a la altura en cuanto a calidad y coherencia.

En pleno siglo XXI ya, después de haber visto películas como El Hombre de Acero, los Batman de Nolan, La Liga de la Justicia de Snyder o toda la serie del Infinito del Universo Cinematográfico Marvel (UCM), con varias series de la propia Marvel de una factura impresionante en lo visual y en lo narrativo como WandaVision, Loki o Falcon y el Soldado de Invierno tienes la obligación de presentar una serie de Superman que esté, como mínimo, a la altura de todos estos. Y eso, queridos amigos, en S&L no sucede.

Un error de base

Digo en el título de este post “sí pero no”. ¿Qué quiero decir?

Es muy sencillo. Si alguien me dice después de ver los quince capítulos de la primera temporada si la serie me ha entretenido le diré que sí. Es cierto que soy un espectador cautivo por este tipo de contenido. Muy mierdera tiene que ser una serie de Superman para que no la termine. Reconozco que hay cosas que me han gustado bastante. Tyler Hoechlin al principio no me llamaba mucho, pero con el tiempo me ha terminado convenciendo. Bitsie Tulloch me parece una Lois Lane más que digna. No, el problema no está en los actores. Hay partes de la trama que también me han parecido interesantes como la idea del Erradicador y esa posibilidad de meter las consciencias de ‘kryptonianos’ en la mente de terrícolas conquistar el planeta, incluso el planteamiento del ‘medio hermano’ (Morgan Edge o Tal-Rho) como un némesis, con una vida paralela y enfrentada a la de Kal-El. Me ha encantado ese detalle de que su base estuviera en un desierto en contraposición al templo helado de Superman.

Y aquí se terminan mis elogios.

El primer problema lo tengo con la apuesta que se ha realizado por esta serie. Salta a la vista que no existe la misma inversión que hemos visto con las series del UCM o con las películas de DC. Y eso en estos tiempos ya es un hándicap importante. No puedes ir con una serie como S&L con la mitad de munición que Marvel Studios está metiendo en personajes como el Soldado de Invierno o Loki, que hasta hace poco sólo eran conocidos por los lectores de cómics. No. Superman merece mucho más. Los efectos, el aspecto visual, todo lo relativo a la producción y el resultado final nos ofrecen la estética de una serie B de la actualidad o lo que hubiera sido una buena serie a finales del Siglo XX. Pero no ahora. No y mil veces no.

Tragando el sapo de ver devaluado al Hombre de Acero en comparación con otros personajes uno se enfrenta a la serie con la esperanza de que la historia, la trama, sean tan inmensos que nos hagan olvidar las evidentes carencias visuales. Pero tampoco es el caso.

En este caso mi enfado ha sido aún mayor porque he visto en la serie una trama sólida para haber realizado 15 capítulos más que interesantes pero el problema ha sido querer abarcar tanto que al final no se ha contado nada. Primero me sacas un personaje salido del multiverso que llega para vengarse por lo que Superman hizo en su Tierra y al final lo conviertes en aliado porque termina comprobando que este superhéroe no es exactamente el mismo de su mundo y sus motivaciones son diferentes. Y a partir de ahí metes a tus espectadores en una montaña rusa en la que todos los peligros inminentes se materializan cada dos o tres episodios y cuando parece que ha llegado la hora de un combate brutal o de poner en verdaderos apuros a Superman todo se resuelve en apenas cinco minutos. Y así durante 15 episodios. Dos o tres de crear el ambiente y la amenaza y cinco minutos para desmontarlo todo como si aquí no hubiera pasado nada. No tiene ningún sentido.

La trama de Morgan Edge estaba genial y merecía la pena sostenerla en el tiempo para llevarla hasta el clímax en los dos o tres últimos episodios poniendo a Superman en verdaderos problemas. ¿Para qué me muestras tan rápidamente al Erradicador y a esos kryptonianos que, en teoría, también tienen unos inmensos poderes si van a caer como muñecos goma sin plantear apenas batalla? Y no quiero hacer sangre con las tramas secundarias que se van montando, pero las historias de los hijos o la de Kyle y Lana Cushing es para replantearse muchas cosas. Que un día casi muere toda tu familia porque te han metido dentro la consciencia de un kryptoniano y has sido derrotado por Superman y al día siguiente estás de risas limpiando las paredes de tu casa.

En conclusión

Viendo que el final nos lleva a una segunda temporada de forma irremediable sólo me queda pedir dos cosas para remontar esto. Por un lado, que, visto que hay demanda de este producto y ya que parece que está siendo un éxito de audiencia, que la apuesta económica sea mucho mayor para que visualmente el producto final esté a la altura de la competencia más inmediata. Y por otro lado, que los guionistas se lo tomen con calma. Que no monten mil tramas para ir llenando mini historias de cinco episodios y que se centren en montar una amenaza real que ponga en aprietos a Superman y que vaya mostrando su rostro poco a poco. No queremos historias montadas en plan culebrón turco, queremos una historia con su planteamiento, su desarrollo y su final. ¿Es mucho pedir?

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